Ir al supermercado se ha convertido en un nuevo juego de memoria y cálculo. “¿Cuánto costaba esta lata la semana pasada?” o “Diría que esto lo vi anteayer a 30 céntimos menos” se han convertido en frases habituales.
La realidad es que los supermercados afrontan una subida sin precedentes en sus precios, los cuales vienen influenciados por la enorme subida en los precios agrícolas, cuya media podría bien situarse en el 20%, pero que en algunos casos puede llegar a triplicarse.
La pregunta que nos hacemos todos es la misma, ¿Cuál es la causa de semejante subida de precios? La respuesta está en el aumento de costes en el campo. Y no, no hemos tocado techo según los expertos: “Lo peor está por llegar”. Si bien ha habido una inversión de más de dos mil millones de euros para evitar que esta subida se traslade al comprador final, el asunto parece un tanto insostenible.
La escalada de precios se acelera por momentos y amenaza con golpear a la clase baja española con una pérdida de poder adquisitivo sin precedentes en nuestro país. Por mucho que nos quieran vender que no nos va a afectar, lo cierto es que peligran sobre todo los productos de primera necesidad.
Casi sin información sobre el tema, hay quien piensa en soluciones. ¿Soluciones? Ni se tienen, ni se las espera.
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