Vivimos una época marcada por el fuerte debate medioambiental y de crueldad animal. En las últimas semanas este debate se ha escuchado más que nunca con las declaraciones del ministro Garzón criticando las macrogranjas españolas y su exportación al extranjero.
Lo cierto es que hace ya meses que los grandes distribuidores de alimentación se están enfrentando a una interminable batalla para conseguir la certificación oficial de calidad en los artículos cárnicos, cuyo pilar fundamental es el bienestar animal. No es la primera vez que se ve una carrera así en este sector, lo vimos hace unos pocos años con la certificación en productos lácteos.
Un breve resumen antes de empezar
Para entender lo que está pasando debemos remontarnos a la década de los setenta, donde empieza la legislación del bienestar animal en las granjas. Fue la primera ley en introducir la obligatoriedad de aturdimiento antes de la matanza.
Éste no fue más que el pistoletazo de salida. Desde esta fecha, la UE ha puesto el punto de mira en la carne, intentando aumentar la sensibilización de la gente con respecto al trato animal. Desde entonces se han ido regulando aspectos como el trato en la logística o el mantenimiento de las instalaciones. La mayoría de tratados incluyen la obligatoriedad de introducir en todo lo relativo a los animales, su bienestar como seres vivos sensibles.
Pero no toda la presión ha sido política. La sociedad ha avanzado en los últimos 20 años muchísimo. Actualmente nuestro país, y el mundo entero, cuenta con un porcentaje alto y creciente de veganos y vegetarianos. La concienciación con el maltrato animal ha llegado a todos los debates y tienen las de ganar.
¿En qué consisten estos certificados?
Centrándonos en las dos principales certificadoras: Provacuno y Interporc, los puntos clave resumen son los siguientes:
- Ningún animal debe presentar signos de hambre, sed o desnutrición en general.
- Sin miedos, ansiedad o angustia.
- Sin incomodidades: tanto en su espacio físico como de temperatura.
- En ningún momento debe existir dolor.
- Sin lesiones ni enfermedades de ningún tipo.
- Libertad para expresar un desarrollado comportamiento propio.
Así se obtiene el Compromiso Bienestar Certificado de Interporc. Es algo relativamente novedoso, puesto que la primera certificación tuvo lugar en 2020 y fue un jamón gourmet vendido en el supermercado Alcampo.
El objetivo es que cualquier español que quiera asegurarse de que el animal no ha sufrido y asegurar también una calidad a nivel sanitario. La normativa implica los más altos estándares de calidad durante todo el proceso de elaboración del producto. De principio a fin.
La concienciación por fin se transforma en acciones
Durante estos años se ha avanzado notablemente por la senda correcta. Se han sucedido numerosos hitos relacionados con el bienestar animal. Algunos destacables son:
- Alcampo pone en jaque a sus distribuidores de carne con una novedosa política de bienestar animal y uso responsable de antibióticos.
- Lidl elimina de su catálogo todos sus huevos procedentes de gallinas criadas en jaulas.
- Aldi crea el sello de garantía de bienestar animal, comenzando por los pollos.
- El Corte Inglés incorpora también su propio certificado.
Aenor se ha sumado a la certificación, que podemos ver en los productos de Mercadona por ejemplo. Welfair Quality fue la primera empresa en dar la certificación.
Una gran parte de los supermercados de España cuenta ya con un certificado de este tipo. En total son 14 cadenas de supermercados, entre las que están incluidas todas las principales. La última en adherirse ha sido Carrefour, justo al inicio del 2022 y con el debate de las macrogranjas echando fuego.
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