Ya pueden comprarse insectos en los supermercados europeos

Cocinar insectos donde comprarlos supermercado

El pasado año se aprobó, por primera vez en Europa, la venta de un insecto en concreto en los supermercados convencionales: El gusano de la harina. A éste se suman ahora la langosta migratoria y el grillo doméstico. ¿Están disponibles ya en nuestro supermercado de confianza? ¿Alguna cadena de supermercados española vende grillos o gusanos?

El gusano de la harina

El reglamento CE autorizó en 2021 la comercialización de los llamados escarabajos de harina o larvas de escarabajo oscuro, cuyo nombre científico es ‘Tenebrio Molitor’. Este pequeño insecto se conoce especialmente en su forma larvaria y cuenta con un característico tono amarillo que se vuelve algo oscuro y marrón.

Según la Autoridad Europea de Salud Alimentaria o EFSA en inglés, los estudios realizados concluyen que no existe ningún riesgo para la salud de las personas ingerir este insecto.

Este pequeño es el responsable de transmitir al ser humano y a otros animales un parásito llamado Hymenolepis nana, en forma de larvas casi invisibles. La infección se produce cuando una persona come pan y derivados no calentados adecuadamente y que contengan estos coleópteros que, como su propio nombre indica, están habitualmente en la harina.

Para nuestro caso no hay peligro, según la EFSA, puesto que la comercialización se hace de insectos en su punto álgido de vida larvaria, impidiendo cualquier daño al ser humano por su ingesta. Lo que sí se sigue estudiando es que se sabe que este animal puede haber comido grandes cantidades de plásticos, pudiendo ser nocivo en determinadas ocasiones.

Cabe destacar que este insecto es de los más comidos en todo el mundo. Cientos de millones de personas lo han probado en algún momento de su vida. Se usa como ingrediente de muchas comidas, como por ejemplo galletas, pero también se sirve como aperitivo y se come entero.

¿Su sabor? No tenemos ni idea, pero se sirve seco, por lo que seguro que está bien crujiente.

Imagen de una langosta migratoria viva

La langosta migratoria y el grillo doméstico

La langosta migratoria fue admitida a finales de 2021, y el grillo a principios de 2022. Ambos se pueden comprar en polvo para usarlos en galletas, pastas o proteicos. Ambos pueden, también, comprarse ‘en seco’ para comer directamente.

¿A qué saben? Pues las opiniones son diversas y dependen del insecto y de lo que se haya alimentado. Desde el clásico sabor a pollo, hasta a frutos secos como almendras o nueces, de ahí que se usen en galletas y repostería. También se suele decir que en su forma ‘seca’ son salados y crujientes.

La langosta migratoria es conocida especialmente en el sudeste asiático, pero se puede encontrar en África y Europa también. Estos animales pueden llegar a los 5 centímetros de largo perfectamente, sobre todo las hembras, y son una de las plagas más destructivas del planeta.

Las langostas migratorias pueden recorrer, con el viento a favor, más de 100 kilómetros en un sólo día. Aunque su expansión se controla, no deja de ser un animal que come diariamente su equivalente en peso.

Grillos secos listos para comer como aperitivo
Grillos en un plato, listos para comer como aperitivo

El grillo doméstico es de color marrón, con líneas negras. En las larvas prácticamente todo su cuerpo es oscuro. suelen medir en torno a los 2 centímetros y, como en el caso anterior, las hembras son un poco más largas que los machos. El grillo puede llegar a poner 300 huevos, con lo cual su cría en ‘granjas’ tiene muchísimo potencial.

Los grillos se encuentran en prácticamente todo el mundo. Para comerlos se secan o se hace polvo de grillo.

Ojo a los efectos adversos

La EFSA, aunque dice que son seguros, advierte de que pueden causar reacciones alérgicas a los que habitualmente las tienen a los crustáceos. Esto se da tanto en la ingesta del gusano de la harina como de la langosta migratoria.

Se debe tomar inicialmente con cautela, hasta que el cuerpo se lo tome bien.

Desde que en 2018 se abrió la veda del mercado de insectos, se han recibido miles de solicitudes de posibles alimentos no admitidos de momento. La EFSA los estudia con cautela. Incluye algas, fruta no autóctona, insectos y plantas.

Y tú, ¿Has probado alguna vez un insecto? ¿Quizás en un país asiático? Cuéntanoslo en los comentarios o a través de nuestro correo de consultas. No tengas miedo, piensa que una de cada tres personas en el planeta come habitualmente insectos y, tal y como se están desarrollando los acontecimientos mundiales, dentro de poco la cifra aumentará significativamente.

Una opción todavía algo impopular en España y Europa

VIII Observatorio Nestlé sobre Hábitos Nutricionales realizó un estudio sobre alimentación en el que el resultado más destacable fue que menos de una quinta parte de los Españoles estaría dispuesta a comer insectos. Realmente no comerlos habitualmente, sino simplemente comerlos, probarlos vaya.

Por el contrario, un cuarto de los españoles admite haber comido insectos en algún momento de su vida, pero únicamente la mitad repetiría.

La conclusión es que la ingesta de insectos no fideliza demasiado, ni siquiera entre la gente aventurera que ha ido expresamente a probarlos. Y la gente que todavía no los ha probado no tiene ninguna intención de hacerlo. Hablamos en términos generales, claro está.

Pero yéndonos a la forma de consumirlos, el 36% de los encuestados preferirían (de tener que hacerlo, ojo) que estuvieran camuflados entre los ingredientes y sin verlos o notarlos. La segunda posición, con un 16% de los ‘votos’ es para usarlos como alternativa o complemento al rebozado de harina de toda la vida. Únicamente el 14% de los encuestados lo comería seco y a modo de ‘snack’.

Los insectos son muy nutritivos y fáciles de producir

Como comentábamos, los insectos son fácilmente controlables en granjas y tienen tasas de reproducción enormes. En resumen: Crecen rápido, se reproducen mucho, no dan problemas y son fáciles (y baratos) de alimentar.

Las proteínas animales dan aminoácidos esenciales y no esenciales, siendo más completas que las proteínas vegetales. La ingesta de insectos es beneficiosa tanto para el medio ambiente, como para nuestra alimentación.

Los insectos tienen entre un 10 y un 35 por ciento de proteína de alta calidad, en contraposición a los 15-20 de la carne. Además, contienen poca grasa (de la buena, además), y poco hidrato de carbono, en contra de lo que se suele pensar.

El resto de su composición también es de calidad. Cada insecto puede traer maravillosas sorpresas. Por ejemplo, las hormigas tienen cantidades ingentes de hierro, mientras que los grillos tienen mucho potasio, casi lo mismo que un plátano.

Gusanos de seda, abejas… Todos los insectos tienen algo peculiar y excelente para una dieta sana y equilibrada. El único problema, como hemos observado, es introducirlos en nuestra dieta de forma habitual, y sustituirlos por alimentos menos sanos pero más arraigados en nuestra cultura alimenticia.

Sé el primero en comentar

Dejar una contestacion